No
lo sé...
¿Cuánto falta? No lo sé
¿Si es muy tarde? No lo sé
Si no olvido, moriré
¿Qué otra cosa puedo hacer?
¿Cuánto falta? No lo sé
¿Si es muy tarde? No lo sé
Si no olvido, moriré
¿Qué otra cosa puedo hacer?
Se
supone que esto tendría que haberlo escrito hace varios días atrás,
pero como es la tónica en mi vida últimamente, lo evité el mayor
tiempo posible.
Antes
que todo, tengo que admitir que soy una experta engañándome a mí
misma. Y es que yo juro de guata que si no escribo de algo, es porque
nunca existió y por ende, no lo voy a recordar. Tengo un montón de
diarios de vida que omiten varios episodios o que de manera muy
trucha, arreglé para que todo quedara bonito. Eso suena como una
soberana idiotez, pero es mi técnica para hacerme la loca con las
cosas que me niego a aceptar... y esas cosas por lo general son
sentimientos.
Con
toda propiedad puedo decir que Demencia y Negación caminan al lado
mío y me dan hasta palmaditas en la espalda de vez en cuando. Esto
ya no es como antes. Esto no es como admitir que estás agarrada
hasta las patas por tu mejor amigo. Esto es mucho peor. Esto sí que
es un problema.
Es
ese gusto por querer lo imposible, lo que no deberías y lo que a
todas luces es un error. Pero aún así me quedó en medio de esa
línea que divide lo correcto de lo incorrecto, pensando en lo que
tendría que hacer o no hacer.
¿Solución?
Ninguna. ¿Pasos a seguir? Ninguno. Hasta el momento lo único que
tengo claro es que se parece a McDreamy y lo adoro de aquí al
infinito. Sólo eso. Y es que esto sí que no tiene ni pies ni
cabeza. Es otro crimen que quedará sin resolver tal como dice Gus.