Oh bola de cristal, escucha mi canción
Estoy desvaneciéndome
Todo lo que sé está mal
Así que déjame donde pertenezco
Y sabrá Dios/Buda/Satán dónde está ese lugar, que es como el santo grial de mi vida: algo que puede o no existir, pero que busco de todos modos. Así que ahí estamos, con el insomnio y el cansancio mental de vuelta. No he hecho absolutamente nada en todo el fin de semana, pero siento como si me hubiesen agarrado a palos. Me duele todo, quizás algún bicho insurrecto se metió en mi organismo, no lo sé. Tal vez solo es un síntoma del colapso que tarde o temprano iba a llegar, porque siendo quien soy, era imposible que no ocurriera algo así.
Mis quejas siempre son tan ridículas, pero bueno mi problema (que no es problema, obvio) actual es que no sé cómo vivir en el mundo ordinario como una simple mortal sin beneficios. Sí, yo sé que suena muy wtf? pero es lo que me pasa. Lo dije en otra ocasión, una de las grandes lecciones que he aprendido en este tiempo, es darme cuenta de lo que increíblemente afortunada que ha sido mi existencia, porque nunca me he tenido que esforzar realmente para obtener algo. Lo que no conseguían mis neuronas, lo lograba mi sonrisa manipuladora y así evitaba hacer lo que me desagradaba. Además de que siempre había alguien cuidándome como el gato de chalet que soy.
Toda una vida funcionando de esa manera, era lo normal para mí y ahora de eso, no queda nada. Mentiría si dijera que no echo de menos esa existencia, pero no podría volver atrás. Sé que tomé la decisión correcta, pero es rara la sensación de convertirte en un número más. Eso de que se preocupen por ti solo porque si estás de malas echas a perder las estadísticas del día, es casi un insulto para mí. Pensé que iba a ser más fácil, pero no lo es. Esto de tener que trabajar para sobrevivir está haciendo que desaparezca el poco espíritu que me queda. En serio, no sé como la gente puede tener la misma pega insulsa por tantos años. Los admiro, porque está claro que yo no aguantaré mucho. O encuentro mi santo grial o lo construyo con mis propias manos, pero no me queda otra si quiero volver a respirar tranquila.
Lo último que puedo agregar es que la canción de Keane es tan perfecta para lo que siento en este rato, solo le cambiaría la parte donde dice “Perdí mi corazón, lo enterré en lo profundo del mar de hierro”. Yo creo que el mío lo perdí junto con las estrellas, porque así como no logro recordar la última vez que hice algo con empeño y pasión, tampoco sé cuándo fue la última vez que vi un cielo claro y lleno de pequeños puntos brillando a lo lejos. Puede que hasta mi estrella favorita haya desaparecido. Quien sabe, quizás algún día la encuentre de nuevo junto a mi corazón.