Ðark Lady

Acerca de tødø y nada a la vez

Todo lo que querías


Él es todo lo que quieres 
Él es todo lo que necesitas 
Él es todo lo que en tu interior deseas ser 
Él dice todas las cosas correctas en el momento exacto 
Pero él no significa nada para ti y no sabes por qué 

El sonido de un mensaje entrante me saca de mi ensueño y me devuelve a la Tierra. Ese sonido no es como los otros y por lo mismo, ya sé quien está hablándome. Sin querer se me escapa un suspiro contradictorio, entre resignación porque es quien creo que es y esperanza para que no sea quien creo que es. Gana resignación y chasqueo la lengua para demostrar mi decepción. Me quedo mirando la pantalla, decidiendo si debo o no contestar. ¿Y de qué vamos a hablar ahora si ya no tenemos ningún tema en común? ¿Acaso no entiende que los monosílabos, las pesadeces y el hecho de que no lo hable nunca es porque no me interesa conversar con él? ¿Y si lo ignoro y contesto días después acusando que jamás recibí ningún mensaje? ¿Y si le digo que no me hable más?. 

Me hago mil preguntas estúpidas y decido contestar de inmediato. Y es lo mismo de siempre, que cómo va la vida, el trabajo, el ocio y si hace frío o calor. Que si ya he conseguido a alguien, risas incómodas, indirectas, directas, un palo, el bosque entero, etcétera. Ahora dice lo que me habría gustado escuchar tiempo atrás, pero ya es muy tarde. Él no entiende que nunca será, porque vamos en caminos paralelos y que todo fue solo un agradable espejismo en el desierto. La vida me otorgo el papel de Whatsername, el de esa chica que trae un poco de brisa fresca y desorden, pero que luego se va y la olvidas rápidamente. A él le falta esa última parte y se está demorando más de lo necesario en dar vuelta la página. ¿Debería decir algo? ¿Ser aún más evidente? 

Es verdad, él era todo lo que siempre le pedí a Dios/Buda/Satán, pero llegó de la manera más inconveniente y problemática, pero no me importó porque creo en el destino y en que el tiempo todo lo resuelve. Y cuando estaba a punto de convertirme en Penelopé, la vida pasó y todo cambió empezando por mí misma. No podía agregar un problema más a mi lista de problemas-de-verdad y dejó de preocuparme hasta llegar a este punto. 

Voy contestando de manera robótica a sus preguntas, intentando fingir algo de interés y creo que resulta. Al parecer mi sonrisa de Monalisa también funciona de manera virtual, pero no deja de ser incómodo. Sí, podría ser la mala persona de siempre y mandarlo a freir monos al África con argumentos de sobra, pero no puedo hacerlo. Prefiero seguir respondiendo hasta que se aburra. Supongo que solo necesita un poco más de tiempo.