El fin de semana de productivo, no tuvo mucho. Leí unas cuantas cosas de géneros y eso…el resto fue lo mismo de siempre en la casa de locos que es mi casa en Calama. Si no es por una pequeña pelotera que se armó (o armé) no me hubiese acordado que era Semana Santa…
Era un día viernes común y silvestre (según yo). Me desperté a las 12 del día, como es costumbre, y le pedí a mi tía Laura que me llevará el desayuno a la pieza.
-¿Con qué quieres el pan?
-Mmm… con jamón
-Es Viernes Santo
-Y??? – Había olvidado ese pequeño detalle...La miré con cara de “no me importa” y mi tía se marchó sin decir nada. Me fui a la pieza y me dispuse a ver televisión.
En el comedor estaba mi otra tía, Miriam, que escuchó mi petición y no se quedó callada. Eso sería un milagro.
-¡Come otra cosa!- gritó desde el comedor a la pieza…que está al lado
-¡No! De aquí a que pueda comer jamón, la porquería va a estar añeja - grité yo. Somos tan damas nosotras.
-¡Es Viernes Santo! ¡No se puede comer carne! ¡Cómo tan porfiada!
-Y a mi que me importa! No comí nada decente en toda la semana. Me vale que sea Semana Santa!
-Aaahh! Claro como ella no cree en Dios…y siguió refunfuñando.
No le respondí y fui a la cocina a preparar el sándwich de la discordia. Mi tía me fulminó con la mirada cuando pasé de vuelta pero no dijo nada. Eso si, tuvieron que pasar años para que me atreviera a comer algo de carne en Semana Santa. Cuando era niña ni siquiera lo hubiera imaginado.
Todavía recuerdo cuanto odiaba estas fechas (He sido hereje desde muy pequeña).No podía hacer nada, con suerte me dejaban respirar. Mi familia ni siquiera es católica de tomo y lomo, pero aún así tenía que ir a la iglesia y ver santos con unas horribles telas encima en señal de luto, con una música muy fea de fondo. Si hasta tenía pesadillas con un Jesús sangriento. Creo que lo único que me hacía aguantar Semana Santa, eran los chocolates del día domingo. De otra forma no habría sobrevivido. Será por eso que ahora me siento estafada cuando veo que ya nadie toma en cuenta estos días. Puedes hacer de todo, nadie te regaña y recibes los mismos chocolates. Qué afortunados son los niños de ahora…
5 comentarios:
Jjajajaja me jodi de risa con tu cosa de jamón y chocolate ... sii hereje la niña!! bueno son cosas de creencias, costumbres o lo que sea, bueno cada loco con su tema!!! mmm si los niños hoy son afortunados, pero nosotros = lo fuimos, supongo!
Ya niña te veo mañana, bye!
los chocolates son lo mejor de semana santa!!! pero ya me dan alergia:-( el viernes santo no tiene gracia aunque en verdad igual no como carne, pero apoyo tu causa despues de una semana de puras porquerias de almuerzo apoyo tu causa:-)
karencilla
Jajaja..."el viernes santo no tiene gracia" jajaja ni yo podría haberlo dicho mejor y gracias por apoyar mi causa! eh eh eh eh! No soy la única hereje!
Pense que te habias hecho un "sangushe" de jamon y chocolate...
Que horrible...
Saluditos...
De pequeña y por colegio de monjas aprendes rapidito toda la lista de lo que no tienes que hacer que incluye casi todas las actividades (y por cierto las mas ricas y entretenidas). Esta fecha era rezar, rezar...rezar, sufrir (y en verdad me lo sufria todo con la muerte de Jesus) apara llegar al domingo, la resurrección y el famoso conejito que obviamente no era lo importante de la fiesta. Despues de salir de octavo de ahí comprendí que el mundo no venía literalmente de la biblia, que no todo era sufrimiento y que para estar con Los de la Azotea como les digo, no necesito ir a la iglesia. Extrañamente, ahora veo mas amor en el mundo.
Te dejo un abrazote y no te diré hereje porque el que no lo sea y como dicen por ahí "que lance la primera piedra" :)
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