Ðark Lady

Acerca de tødø y nada a la vez

Desvarío nocturno



Y aquí estoy yo, una vez más sin poder conciliar el sueño. Sí, estoy acostumbrada a que me pase y por eso, en lugar de contar ovejas de manera inútil, prefiero tirar un par de líneas aquí. Esta canción de Los Prisioneros siempre me ha encantado, porque es dramática tanto en contenido como en sus sonidos. Cuando era chica y la escuchaba, me imaginaba a gente perdida en un castillo inmenso sin poder encontrar la salida y todo eso ocurriendo en una noche lluviosa como debe ser. Sí, soy una drama queen de tomo y lomo desde muy pequeña y con mucha imaginación, por supuesto. Quise poner este tema porque he tenido unos sueños rarísimos durante los últimos días. Mezcla de gente y lugares imposibles, laberintos en la oscuridad y yo dando botes sin entender nada (como siempre), lo que me parece una crueldad de parte de mi inconsciente/subconsciente/whatever porque me basta y me sobra con andar perdida en la vida real y dar jugo hasta en sueños es mucho.

Ayer por ejemplo, soñé con una amiguita perruna que falleció hace una porrada de años. Aparecía de la nada en una casa que no era mía y se ponía a discutir algo conmigo. Sí, un perro parlante y resucitado además, porque yo estaba consciente de que había muerto y que era imposible que estuviera allí. Y yo siendo muy yo, salía disparada a contarle a alguien mi gran preocupación... que mi mascota estaba cabreada conmigo porque no le había dado comida. Había vuelto del reino de Hades, hablaba como humano, pero no... yo estaba urgida porque no quería que estuviera de malas conmigo. Parece que ni en sueños logro tener un orden lógico de prioridades. En fin, no recuerdo en que terminó todo eso, pero me da un odio tremendo tener la escoba hasta en el mundo de Morfeo. Es desesperante. Como yo. Como mi vida. Como todo.

No tiene nada que ver con lo que estoy hablando, pero siempre encontré notable el alma que le puso Jorge González a la frase final: Es el maldito amor, le gusta reírse, reírse en tu cara. Con casi 30 años puedo decir que efectivamente es así, le fascina dejar la tremenda cagada, porque Cupido a veces es un sádico que intenta juntar personas que ni en un mundo paralelo podrían ser capaces de sostener una relación. Para qué meterlas en un embrollo sin pies ni cabeza digo yo, pero debe resultar divertido para Cupido supongo. Lo bueno es que uno le pilla el jueguito y cuando ataca de nuevo con sus flechas puedes atraparlas y devolvérselas para que se las meta en donde le quepan. 

Y para finalizar este texto sin hilo conductor ni coherencia, creo que en lo único que disiento de Jorge González es en el primer verso: Oye voy a tomar un taxi a quien sabe donde y así poder olvidar lo único inolvidable. Y es por la sencilla razón de que uno no necesita taxi/avión/nave espacial para irse a la cresta, porque ocurre de manera automática. Es mi humilde opinión.

Ya, espero no soñar muchas estupideces.

Dame un respiro cabecita linda, por favor.